- Voy a usar el término “MILAGROS”, que es el utilizado por la gente desde hace más de 500 años para designar las gracias o favores recibidos a través de la intercesión de la Virgen de La Altagracia. “Milagro” técnicamente es definido por la Iglesia y las Ciencias, como aquellos hechos extraordinarios que no tienen ninguna explicación científica. La única explicación es la acción de Dios. En cambio, “sanaciones”, “liberaciones” de la Virgen de La Altagracia, designan aquellos hechos extraordinarios obrados por la intercesión de la Virgen de La Altagracia; pero que hubiesen sido logrados, a largo o a corto plazo, por la intervención del hombre. Hasta hoy, donde mejor se ha trabajado este punto en la Iglesia es en Lourdes, acreditado por investigadores cristianos o ateos quienes han concluido que han sido hechos extraordinarios; es decir, “sanaciones” o “liberaciones”, que aunque algunos podrían haber sido alcanzados a través del trabajo humano, otros no. Aquí, sencillamente, hemos dado seguimiento a esos hechos extraordinarios y los llamamos: “Milagros”.
- “Así lo dice un documento: “La Casa de Nuestra Señora” es casa de mucha devoción, a donde concurren muchos peregrinos y devotos no solo de esta Isla, sino también de las islas comarcanas; es devoción principal por ser muy visitada de cuantos van al puerto cercano de Yuma, de paso para Puerto Rico o vienen de dicha isla para Santo Domingo; pues reciben todos, de Nuestra Señora, mucha consolación ante los muchos milagros, y por los que hace “cada día”. Esta importante afirmación es de 1569” (Citado por Monseñor Polanco Brito, “EXVOTOS Y “MILAGROS” DEL SANTUARIO DE HIGÜEY”, pág. 96).
- Luis Gerónimo de Alcocer dice en 1650: “Van en romería a esta santa imagen de Nuestra Señora de La Alta Gracia de toda esta Isla, y de las partes de las Indias que están más cerca, y cada día se ven muchos milagros que, por ser tantos, ya no se averiguan ni se escriben”.
- En pinturas, llamadas “Medallones”, recogiendo estos milagros y otros hechos Altagracianos, según inventario de 1856 eran 27, pero actualmente solo quedan 16, que están en el Museo Altagraciano junto a la Basílica de Higüey. Allí se pueden ver. Una descripción de estos “Medallones en madera” están en el libro de Monseñor Polanco Brito, “EX VOTOS Y “MILAGROS” DEL SANTUARIO DE HIGÜEY”, págs. 82-87. Fue publicado este libro en 1984.
- Hace justamente 100 años, en 1922, en el traslado de vuelta de la Imagen de La Altagracia, Fray Cipriano de Utrera, franciscano e historiador de renombre, estuvo presente y fue testigo de “milagros”, normalmente sanaciones, realizados mediante la Virgen a lo largo de todo el camino y particularmente en los pueblos donde se detenía, tales como: Guerra, San Pedro de Macorís, Hato Mayor, El Seibo. Él recoge estos testimonios, de los que fue testigo ocular, en su libro “NUESTRA SEÑORA DE LA ALTAGRACIA”, publicado en 1933 bajo el título: “Relación del autor de las cosas obradas durante la traslación del Cuadro de Nuestra señora de Altagracia de la ciudad de Santo Domingo a la villa de Higüey”, págs.71-77.
- He citado estos milagros traídos por esos autores, pero un servidor, siendo el primer Rector de la Basílica, durante 12 años, y Obispo de la Diócesis de Higüey, por otros 7 años, ha sido testigo de otros muchos hechos extraordinarios realizados por la intercesión de la Virgen de La Altagracia.
- A pesar de estos testimonios escritos, sigue en pie la afirmación de Gerónimo de Alcocer: “… cada día se ven muchos milagros, que por ser tantos ya no se averiguan ni se escriben”. Aún falta por hacer esta larga investigación y escribirla: Historia de los milagros realizados mediante la Virgen de Altagracia.
Mons. Ramón Benito de La Rosa y Carpio
Arzobispo Emérito de Santiago de los Caballeros